Después de tanta nieve nos tocaba dejar las raquetas. Tenía que ir clase a Santander así que pensé en hacer la Ferrata de la Hermida. El tiempo no acompañaba, pero para estas situaciones difíciles siempre se puede llamar a Carlos y Kato...los locos no piensan mucho!!!!
El plan era intenso, el sabado madrugar un poco e ir a la Hermida, hicimos madrugar y desplazarse desde Santander al dueño de la empresa que gestiona la Vía Ferrata, gracias!!!. No se creía que con un día tan malo alguien se animara hacer la vía, pero al final resultó un día fantástico, no por el sol ni por el calor, sino porque a la propia vía se añadió el viento, la lluvia y a veces el granizo... y le dio un toque de aventura aun mayor. Además estrenamos la vía este año!!
A las 9 y media cogimos los arneses y el material de ferrata y todo tiesos para arriba. El comienzo es la zona más tranquila, que pienso repetir con David. Se trata de una zona de grapas metálicas que nos hacen subir de forma rápida, con cuidado de los resbalones, pues estaba todo mojado. Un rato después estamos en la zona de la Canelaria. En este punto empieza a complicarse un poco la subida, pero nada para 3 locos!!!. Así como sino quiere la cosa llegamos a la Cueva de Jabalí. Una pequeña ascensión más por grapas y rocas y se llega a un punto donde la vía se divide, una ruta sigue subiendo hasta la gran cueva Ciloña (para otro finde) y la otra se desvía hacia los puentes...hacía allí vamos. Primero atravesamos el puente tibetano del Diosú, situado después de la cueva del mismo nombre. Las sensaciones son muy chulas con el viento moviendo el puente. Pero esto no queda aquí, todavía nos queda el impresionante puente de Canelarias, pasarela que cruza el canchal del mismo nombre. Un poco más y ya termina la ferrata...por lo menos la parte donde estás atado. La bajada con todo mojado se hizo también muy entretenida.
El finde se completó con paseos de Kato y Carlos por Liencres, por la Picota, Pico Toneo y Peña Cabarga. Y una noche de fiesta por Santander y un paseo por la ría de Mogro en mis pocos ratos libres, que con 12 horas de clase no eran muchos.
VÍA FERRATA
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PICOTA